Miguel Vargas
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"Aunque disponemos de leyes y autoridades que deberían ser suficientes para protegernos a todos, los abrumadores y cotidianos resultados de los atentados a la vida y a la propiedad indican que requerimos un nuevo impulso para devolver el sosiego y la confianza a los dominicanos y sus visitantes", expuso.
Opinó que la reforma policial que pondera realizar el gobierno es una excelente oportunidad para concertar un pacto entre las autoridades y la sociedad, que contemple la prevención y el control de la violencia y la delincuencia, pero que incluya otros factores.
A su juicio, la educación es una de las principales herramientas de combate a la delincuencia y la violencia, y en ese sentido subrayó que la transformación del sistema educativo que debe seguir al inicio de su adecuado financiamiento en el año entrante, debe reforzar o crear enfoques curriculares que establezcan lazos comunicantes entre los hogares y las aulas de escuelas y colegios.
En el aspecto estrictamente policial se debe hacer más eficiente el cuerpo, dotándolo de más y mejores recursos en el reclutamiento, entrenamiento, tecnificación, retribución y supervisión y control de la conducta de sus efectivos, que deben ceñirse a sus funciones de preservadores de la seguridad y el orden públicos, y de asistente de la Justicia.
Expresó que en lo relativo al Código Penal se debe llegar a los acuerdos que sean necesarios para que, superando enfoques extremos, ese instrumento legal sea garantía efectiva y punto de equilibrio entre derechos y deberes ciudadanos, teniendo como objeto la preservación de las vidas y bienes de todos.
Sostuvo que los programas de asistencia del gobierno no deben ser utilizados como instrumento político y que los mismo deben ser ampliados y focalizados en paliar el hacinamiento, el hambre, las precariedades y el desempleo.
Vargas entiende que la sociedad civil y las iglesias pueden asistir en el monitoreo la ejecución de esos programas.
"La participación de la sociedad en el diseño de las grandes líneas maestras de este pacto por la seguridad ciudadana", dice Vargas, "así como de las comunidades en su aplicación en barrios, ensanches, campos y otros centros, es indispensable, pues no hay cómo desarrollar adecuadas políticas públicas si la participación comunitaria no están en el centro de esas políticas", expuso, para agregar que los ayuntamientos pueden prestar un gran auxilio, por su administración de los espacios públicos.
Un punto del pacto por la seguridad ciudadana que para el presidente del PRD requiere especial atención es el relativo al crimen organizado y el narcotráfico, cuyas actividades generan una gran variedad de delitos
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