Da a luz en el trabajo y denuncia a su jefe por no querer darle la baja por maternidad
El jefe de Kimkee decidió que lo mejor era que el parto aconteciese en una de las habitaciones del Hotel The Standard de Nueva York. Lejos de ser un acto de buena voluntad, el supervisor de la parturienta ni siquiera llamó a un médico para que asistiera el parto.
Cuándo todo terminó, Kimkee y su marido (que consiguió llegar a tiempo) fueron evacuados por la puerta lateral del edificio. No vaya a ser que la fiesta se estropee. “No era necesario tener el bebé en el hotel. ¿En qué estabas pensando?”, le reprochó el gerente general a los pocos días según la denuncia.
“No encaja en la cultura”. La carta de despido no tardó en llegar, algando que el origen chino-malayo de la embarazada supone un vacío insalvable. Y la demanda de Kimkee tampoco se hizo esperar. Sus abogados exigen una compensación de 10 millones de dólares por discriminación y racismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario