Reafirmación de compromiso

Al arribar en esta fecha a veintinueve años de existencia, queremos reafirmar los compromisos y principios que nos atan a la sociedad dominicana. Más que un sentimiento de íntima satisfacción por los resultados de nuestro quehacer durante todo este tiempo, nos inspira a tal reafirmación la aceptación y preferencia que esta sociedad nos ha brindado, y que agradecemos y valoramos en toda su dimensión. Es una condición que nos reta a procurar ser cada vez mejores y estar más estrechamente identificados con los anhelos de nuestra gente, con sus inquietudes y necesidades, con sus penas y alegrías, de manera plural y abierta.




Debemos reafirmar, aún en estos tiempos de libertad de expresión y difusión del pensamiento, nuestro compromiso de vigilancia permanente para enfrentar cualquier amago, por sutil que fuere, con fines de mermar, condicionar o suprimir esta prerrogativa esencial. Con el mismo vigor, reiteramos nuestros esfuerzos porque sea respetado el libre acceso a las fuentes oficiales de información, lo que incluye el contacto con la autoridad al más alto nivel para satisfacer este derecho consignado por ley. La defensa de los mejores intereses del país es, esta vez como antes, condición innegociable. No podemos hacer menos por una sociedad que durante 29 años nos ha querido y distinguido como defensor de sus más sanos valores. Gracias.



Fruto de nuestra inconsecuencia



La epidemia de dengue ha puesto en superficie muchas inconsecuencias que el manto mediático trata de mantener ocultas. El número de muertes por esta enfermedad registrado en Santiago fue atribuido a mal manejo médico y no a falta de supervisión adecuada y oportuna. Otro fruto de esas inconsecuencias imperdonables es el caso de la niña Digna Corsino, de nueve años, enferma de dengue y que a la hora de escribir este comentario estaba muy grave.



La niña fue transferida sin suero desde el hospital de Guayabal, en Padre las Casas, al Taiwán de Azua, y de éste la remitieron en una ambulancia sin compañía de personal médico al Robert Reid Cabral, en Santo Domingo, al que llegó en situación crítica. El tiempo que transcurrió en este periplo y bajo las condiciones señaladas debe haber sido determinante en su agravamiento. Una inconsecuencia de este tipo no debería ocurrir en caso de epidemia de una enfermedad endémica en el país.